¿POR QUÉ NOS REFUGIAMOS EN LA COMIDA? Microbiota y recompensa alimentaria
El comportamiento inadecuado ante la ingesta de alimentos es uno de los principales impulsores que nos hacen acumular grasa y pueden conducir a la obesidad.
Las señales mediadas por la microbiota intestinal son actores clave que regulan la ingesta de alimentos actuando principalmente sobre el hipotalamo y, por lo tanto, controlando el hambre o la sensación de saciedad/saciedad.
Sin embargo, la ingesta de alimentos también está controlada por los sistemas hedónico y de recompensa que conducen a una ingesta de alimentos basada en el placer (es decir, control no homeostático de la ingesta de alimentos).
El eje intestino-cerebro está involucrado en las comunicaciones entre los microbios intestinales y el cerebro para modular los comportamientos de ingesta de alimentos del huésped a través de vías sistémicas y nerviosas. En la comunicación están implicadas hormonas gastrointestinales, neurotransmisores, lípidos bioactivos y metabolitos y compuestos bacterianos.
Se discuten posibles enfoques terapéuticos basados en la microbiota que podrían tener aplicaciones clínicas para restaurar estas alteraciones de la recompensa alimentaria.
Fuente: Dra. De la Puerta
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