Cuando se quiere, se puede | De barrendero a médico
En la ciudad de Rosario, conocemos la historia de Darío Giusepponi, un barrendero que se recibió de médico.
De lunes a sábados y de seis a doce, camina 20 cuadras por el parque Independencia barriendo los cordones; además de llevar a cabo su carrera universitaria.
Pero este martes 6 de diciembre rindió su última materia en la Universidad Nacional de Rosario. «A mí, recibirme me llevó más tiempo que al resto. Varias veces pensé en dejar, pero seguí adelante», explica Darío.
Ya se prepara para el próximo año donde tendrá la práctica final obligatoria, 8 meses de experiencias en distintos centros de atención por lo que ya no podrá continuar trabajando como barrendero en las calles de Rosario.


